Despedida a Profesora Marcela Zahr – Obituario

4/10/2022

Marcela estudió biología en la Universidad Católica de Valparaíso y después hizo su doctorado en Recursos Naturales en la Universidad de Freiburg de Alemania habiéndose ganado una beca DAAD, en un tiempo en que muy poca gente salía de Chile a estudiar (no existiendo aún las Becas Chile). Luego Marcela realizó su posdoctorado en el laboratorio de Genética e Inmunología Molecular de la Universidad Católica de Valparaíso, en trabajos pioneros de vacunación de peces. Durante su posdoctorado ella armó buena parte del laboratorio que adelantadamente se dedicaría al tema microbiológico aplicado hasta el día de hoy. En ese tiempo tuve la suerte de conocerla mientras hacía mi tesis de pregrado. Recuerdo que Marcela me incitó a salir de Chile para seguir estudios de posgrado. Ella decía que sólo estando fuera del sistema uno puede realmente entenderlo. En aquella época post dictadura Marcela hablaba de la gigantesca apertura de mente que se lograba viviendo en un país más avanzado y progresivo en lo social que el nuestro.

Luego de su postdoctorado Marcela fue contratada como académica en el Instituto de Biología de la Universidad de Valparaíso, en donde fundó el primer Laboratorio de Microbiología de la facultad. Recuerdo lo difícil que fue para Marcela un tiempo en donde la ciencia que se hacía en el Instituto de Biología era conservadora y con muy pocos elementos de punta. En ese sentido Marcela tuvo que luchar contra la adversidad del conservadurismo del grupo académico de la época y fue responsable de sus primeros avances concretos, realizando los primeros estudios moleculares de proteínas, siendo fundadora de la carrera de Licenciatura en Ciencias y cofundadora de la carrera de Ingeniería Ambiental.

Marcela dedicó buena parte de su vida profesional al mejoramiento de la docencia científica en la Universidad de Valparaíso, la cual abordó desde diversos focos, desde la dirección de la carrera de licenciatura hasta el patrocinio de numerosos estudiantes tesistas, todos quienes la recuerdan con cariño, admiración e Infinito agradecimiento. Quienes la conocimos personal y profesionalmente podemos reconocer la huella que Marcela dejó en nosotros.

Marcela siempre fue una persona liviana y divertida. A pesar de los problemas frecuentes en la academia, ella siempre los llevaba en forma casual, poniéndole la atención y tiempo que ciertamente requerían, pero sin enredarse en los asuntos personales o en las proyecciones sin sentido. Por eso es que, independientemente de la situación que uno estuviera pasando, siempre era un alivio conversar con Marcela. Ella siempre estaba dispuesta a reírse de lo cotidiano, alivianando las eventuales dificultades. Marcela tenía esa actitud porque era una viajera. Quedarse en un lugar, hacer siempre lo mismo, no eran para ella. Esa sutil sabiduría del viaje, Marcela la llevaba con ella y la aportaba en todas las conversaciones.

Solo recuerdo conversaciones agradables con Marcela. En ellas siempre había bondad, generosidad y buena intención. Las personas pasamos y lo que quedan son nuestras huellas. Las bondadosas huellas de Marcela quedaron repartidas por todas partes, para siempre.

-Pablo Conejeros